8 de diciembre del año 2003, día de la Inmaculada.
La razón que nos reúne aquí esta noche es presentaros el cartel de nuestro cincuentenario.
Este cartel que hora vamos a descubrir queremos que sea una puerta abierta, una invitación a todos para que pasen a conocernos, a compartir con nosotros estos momentos de recuerdos y porqué no para que se queden si les agrada lo que ven, lo que sienten o lo que les llama.
El Cartel representa a Jesús Cautivo, en la puerta principal de Santiago, sobre su paso y bajo el incomparable órgano de nuestra Parroquia, con una luz de fondo que pudiera llevarnos a creer que es de día.
Pero ¿cuándo no es de día ante la presencia de Jesús que es la luz de los pueblos?
La vista es desde el interior de la iglesia, como si hubiésemos invitado a Nuestro Señor a entrar en nuestra casa y hubiésemos salido para recibirlo o mejor, como si nuestro Redentor nos hubiera invitado a entrar en la suya como hace cada día desde el Sagrario.
El clima invita al silencio. El incienso, el difuminado de las imágenes, la quietud de los acólitos con los ciriales alzados en señal de respeto al que llega, la majestuosidad del paso, la grandiosidad del templo,… todo, todo invita al silencio, a interiorizar lo más sublime del espíritu, pero que no calla ante las injusticias que día a día se ven a nuestro alrededor.
Pepe Florido ha sabido recoger en esta instantánea uno de los momentos más emotivos de la cofradía: La recogida.
Pero el cartel sólo es la puerta. Ahora os invitamos a entrar y a compartir todos los actos que hemos preparado para festejar que llevamos 50 años proclamando, con nuestro silencio- bonita paradoja- que en nuestras vidas, Jesús y su Madre Santísima ocupan un lugar muy principal.
